Observé el movimiento de los plásticos con el viento, la diferencia entre las zonas sueltas y las más tensas, la verticalidad de los árboles que ascienden hasta confundirse con el cielo y la luz del sol reflejándose en los plásticos creando luces y sombras y cambiando los colores.
Para comenzar a plasmar todo aquello, la brocha tenía que ser una extensión de mi brazo. Empecé a pintar espontáneamente siguiendo el movimiento del viento y de la forma de los objetos. Utilicé agua para transmitir la liviandad de los plásticos y pintura más seca para las zonas más densas, diferencié tierra y cielo con ocre y azul y luces y sombras con colores claros y oscuros.
El dibujo no está completamente logrado: los trazos son confusos y están muy marcados detalles que no tienen que resaltar tanto; además; no he tenido en cuenta la profundidad de la instalación y los distintos planos que la forman, pero a pesar de ello, el dibujo ya se relaciona con el modelo a través de mí, los trazos representan lo que yo veo en la realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario